¡Feliz día de la madre!
Hace un tiempo encontré en un diario Alemán una noticia que me sorprendió extremadamente: en Alemania hay 7.5 millones de personas, de poco más de 80 millones de habitantes, que no saben leer ni escribir. Esto es una catástrofe en un país que tiene educación primaria obligatoria y gratuita, e invierte muchísimos recursos en la educación, incluyendo la universitaria, que es casi sin costo.
¿Qué pasa en nuestra sociedad? ¿No queremos realmente educarnos? ¿Qué participación tienen los padres en esta gran cuota de analfabetos? ¿Los gobiernos pueden hacer más?
Claro, podemos siempre preguntar y al final alguien tendrá la culpa… pero nunca los verdaderos responsables. El pueblo y los políticos alemanes han hecho que el sistema educativo llegue a todos, pero no todos quieren educación.
En otros países se lucha para que la educación mínima llegue a la gran mayoría. Yo, por ejemplo, siempre recuerdo las primeras frases que tuve que leer, la lección de la letra “M” decía: “ma me mi mo mu. Mi mamá me ama…”
Y sí, creo que sin el amor de madre y de padre nunca me hubiese alfabetizado ni llegado a graduarme de ingeniero. No sólo el amor de sentimiento, me refiero al amor de actuación. Creo que somos muchos los involucrados en la alfabetización y profesionalización de la sociedad.
Creo que no sólo es no saber leer y escribir, hoy tenemos industrias de hacer profesionales, que terminan siendo “analfabetos funcionales”.
No todo acaba con la alfabetización. No creo que dejemos de ser analfabetos por poder leer El Quijote o Hamlet. El camino a recorrer, después de saber firmar con su propio puño y letra, es muy vasto. Cada día hay más información y la sociedad que no le lleva el paso no tiene cómo entrar en el futuro.
Hoy muchos creen que utilizar los avances tecnológicos los hace inteligentes. Andar con el último móvil o la computadora o tabla electrónica más moderna no obligatoriamente nos saca de la ignorancia. Estamos siendo consumistas de los que realmente aprovechan la era de la comunicación. Ellos van adelante y sólo podemos llenarlos de dinero… eso no es avance.
Es hora de crear y eso se hace con conocimientos. Los conocimientos no llegan al nacer ni los adquirimos al pasar el tiempo. Hay que tener un plan de aprendizaje y un deseo ferviente de evolucionar.
El tiempo de los profesores sobrepasó al de los maestros y llegó nuevamente el que buscábamos a los maestros… pero hoy es el de los guías. Tenemos que formar los guías que llevarán a los jóvenes por el camino del aprendizaje moderno.
Me encanta ver a mi hijo de 16 años sentado el domingo leyendo el periódico, buscando informaciones financieras y analizando los artículos escritos por verdaderos periodistas o expertos. Dialogar con él sobre finanzas, opiniones políticas o de filosofía se ha convertido en una constante.
Mi hijo de 14 años me enseña historia, su fuente es una que yo no tuve: televisión, Internet y revistas especializadas. Sí, estos medios son excelentes cuando se utilizan para lo bueno, aunque lo malo también está en esos lugares. Él anda unos caminos matemáticos que me asombran y tiene datos curiosos que me enseñan el proceder de muchas cosas que para mí eran tabúes o desconocidas.
Quiero decir, ellos aprenden más rápido que yo. No tengo el tiempo disponible para leer todo el material que hoy ellos leen y asimilan en los medios de comunicación. Quizá no me hagan falta todos esos conocimientos, pero a ellos quizá sí. No puedo pretender aprenderlos para enseñarlos, tengo otras tantas cosas que sí quiero aprender y que sí les puedo enseñar. Mi función ya no es la de un maestro que enseña, sino la de un guía que los ayuda a aprender.
Una vez despierto el gusanito del aprendizaje, es difícil que se apague. No atraquemos en un muelle y nos sintamos seguros; ahora tenemos que llegar al puerto, conseguir lo mejor y volver a soltar las amarras. El mundo del aprendizaje ha cambiado… y seguirá cambiando cada vez más rápido. Aprendamos y enseñemos, “Saber es tu libertad”.
Autor: Diego A Sosa. Coach, Conferencista y Escritor dominicano
Papis les desea feliz dia a todas las madres: a las mamás de cada lugar, a las madres del corazón, a las que están esperando serlo, a las que están lejos y a las mamás que ya no están a nuestro lado, pero si en el el cielo viéndonos y guiándonos.
Un gran abrazo a todas por esta hermosa función y posibilidad de cuidar, criar, alimentar, educar, mimar, acariciar, besar…y contener, a sus hijos. En Papis creemos que el día de la madre es todos los días del año pero no queremos dejar de pasar esta oportunidad para enviarles un gran saludo.
Gloria Grosman, directora y coordinadora de Papis