Hagamos un alto con los dulces!

Todos los productos con azúcares simples consumidos en exceso, favorecen el desarrollo de sobrepeso y obesidad, el aumento del colesterol y otras grasas en sangre. También inciden en la formación de caries dentales y en personas predispuestas aumentan el riesgo de diabetes.

A lo largo de la historia, el hombre siempre ha disfrutado con cierto tipo de sensaciones agradables para el paladar, como las dulces, ya que están incorporadas a sus primeros recuerdos vitales. La leche de la mujer es rica en lactosa, un azúcar de importante poder edulcorante.
Estudios realizados en nuestro país indican que algunos grupos de la población consumen azúcares simples en cantidades mayores a las recomendadas.

También muestra que el consumo de alimentos ricos en azúcares simples o refinados como azúcar, dulces, miel, golosinas, helados, turrones, chocolates, amasados de pastelería, galletitas y bebidas azucaradas está aumentando progresivamente y la presencia de frutas, hortalizas y fibra en general está disminuyendo.

Los azúcares simples sólo brindan energía, sin aportar otras sustancias nutritivas al organismo, por lo cual se las suele denominar CALORÍAS VACÍAS. Uno de ellos es la miel. La miel ha sido el principal agente edulcorante utilizado por el hombre durante muchos siglos hasta que se conocieron hace unos 200 años de las explotaciones de la caña de azúcar y posteriormente de la remolacha.
Todos los productos con azúcares simples consumidos en exceso, favorecen el desarrollo de sobrepeso y obesidad, el aumento del colesterol y otras grasas en sangre. También favorecen la formación de caries dentales y en personas predispuestas aumentan el riesgo de diabetes.
Se recomienda beber agua, soda y jugos naturales en vez de gaseosas y bebidas dulces artificiales. El alto consumo de bebidas dulces o infusiones muy azucaradas, de poco valor nutritivo, limitan el apetito por otros alimentos y comidas de mayor valor que es sumamente importante en los niños.
Es preferible disminuir el consumo de golosinas y dulces para evitar el sobrepeso y las caries, tratando de incorporar el hábito del cepillado de dientes luego de comer éste tipo de productos.

Es bueno acostumbrarse a disfrutar del sabor propio de las infusiones sin agregar azúcar en gran cantidad. Los caldos de frutas caseros son bebidas muy recomendables para el verano. Se preparan hirviendo cáscaras de ananá, manzanas, duraznos, damascos, ciruelas o peras (muy bien lavadas) en abundante agua potable con un chorrito de esencia de vainilla y un poco de azúcar durante un tiempo prolongado para que se concentren los sabores. Luego se cuela y se enfría.
Las frutas secas, semillas y barras de cereal son una excelente elección para comer entre horas en vez de golosinas y dulces.

CONSULTE SIEMPRE A SU PEDIATRA

Lic. Marcela Leal

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