¿Cómo nos damos cuenta si nuestro hijo está anémico?

La anemia se caracteriza por la disminución de la hemoglobina en los glóbulos rojos, siendo la enfermedad de la sangre más frecuente en los niños.

Es rara en recién nacidos de término durante los primeros 6 meses de vida, ya que los depósitos de hierro acumulados durante el embarazo alcanzan hasta los 6 meses. La edad más frecuente es entre los 6 meses y los 2 años.
En toda Latinoamérica la máxima incidencia es entre los 12 y 24 meses con una cifra del 27%. También es común durante la adolescencia, debido al rápido crecimiento y al frecuente déficit de hierro de la dieta.
Existen diversos tipos de anemia, la más frecuente es por deficiencia del hierro, que es ocasionada por diversos mecanismos:
A.-depósitos inadecuados durante el embarazo: por prematurez, hemorragia de la madre o del feto, aporte inadecuado de hierro de la madre durante el embarazo.

B.- el niño no consume alimentos ricos de hierro, principalmente durante los períodos de crecimiento rápido.

C.- pérdida de hierro.- sangrado de tubo digestivo (consumir leche entera de vaca durante el primer año de vida, parasitosis, etc.) , sangrado a otro nivel.

La anemia se caracteriza por apatía, irritabilidad, palidez de la piel y de las mucosas, falta de apetito, retraso en la adquisición de nuevas habilidades, crecimiento lento de las uñas, trastornos del apetito (tienen avidez por ingerir hielo, yeso, tierra, etc.), aumenta la frecuencia de las infecciones.

Autoayuda
Ante un niño que presenta palidez de la piel es importante corroborar la coloración de las mucosas (por ejemplo en la parte interna de los párpados o por debajo de la lengua o en las palmas de las manos). En caso de que realmente el color en las mucosas sea pálido es conveniente acudir al médico para que se establezca el diagnóstico definitivo.

El médico
Ante la sospecha de anemia el médico realiza una historia clínica orientada hacia este diagnóstico desde el embarazo, sus complicaciones de sangrado, los niveles de hemoglobina de la madre, la duración del embarazo, así como historia de la alimentación del niño desde su nacimiento, enfocándose al tipo de leche que ingirió y cuando se inició la introducción de leche entera de vaca.

Tambien interrogará sobre los alimentos sólidos con los que se inició la introducción de papillas. Antecedentes de anemia en otros hermanos o padres del niño, antecedentes de hemorragia y la historia de infecciones crónicas , como el caso de diarrea.
La revisión del niño con palidez de mucosas y piel, el peso, talla, y se indagará la presencia de soplos.
Se recomienda la realización de un exámen de sangre llamado biometría hepática y otros exámenes auxiliares para corroborar la deficiencia de hierro. Los coproparasitoscópicos (exámenes de heces en serie de 3) son importante para descartar parasitosis (parásitos).

Una vez establecido el diagnóstico de anemia se administra hierro en dosis diarias, antes de alimento para mejorar su absorción. Es conveniente asear los dientes después de su ingesta o tomar agua para evitar que manche los dientes. Las heces se pueden volver de color negro o verdes.

Se recomienda dependiendo de la edad del niño continuar con leche materna o fórmulas fortificadas con hierro. No ingerir más de 700 ml de leche. Cuidar la alimentación con alimentos ricos en hierro.

Prevención
En caso de que las reservas de hierro que se forman durante el tercer trimestre del embarazo por los motivos comentados no se hallan establecido, se recomienda, por ejemplo al prematuro a partir del 2º. mes, iniciar la administración preventiva de hierro. La leche humana es óptima para iniciar la alimentación infantil y durante todo el primer año de vida, en caso de que no se pueda brindar una fórmula enriquecida con hierro.
Es recomendable, la introducción de alimentos sólidos a los 6 meses cuidando su calidad, brindando alimentos ricos en hierro : cereales enriquecidos con hierro, hígado, ternera, espinacas, y otros vegetales frondosos verde oscuros, yema de huevo, nueces.

Signos y síntomas
Palidez de piel y mucosas
Apatía
Irritabilidad
Falta de apetito
Retraso en la adquisición de nuevas habilidades
Crecimiento lento de uñas
Alteraciones del apetito
Aumento en la frecuencia de infecciones

Papis, en caso de duda, siempre consulte al pediatra de su hijo, al igual que el continuar con la dieta alimentaria que él indica, durante los primeros años de vida de su hijo.

CONSULTE SIEMPRE A SU PEDIATRA

Dr. Horacio Reyes

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