El tabaco: una droga legal y al alcance de todos
Actualmente, el consumo de tabaco constituye uno de los principales problemas de salud en todo el mundo. ¿Cómo abordar esta problemática con nuestros hijos?
¿Qué es? – Breve historia
El tabaco procede de una planta llamada Nicotiana Tabacum, que llega a alcanzar aproximadamente 2 metros de altura..
Podemos encontrar su origen en (Península de Yucatán, México) desde el año 2000 a.c. Sus pobladores, los mayas le daban un uso ceremonial y también era consumida por los supuestos efectos medicinales que le atribuían a la planta.
Colón introdujo el tabaco en Europa y los marineros europeos lo exportaron a los demás continentes. Con la revolución industrial y la producción masiva de cigarrillos, comenzó un verdadero problema de salud pública, ya que hasta entonces no se había consumido el tabaco con la misma intensidad que desde ese momento.
En la actualidad, su consumo constituye uno de los principales problemas sanitarios en todo el mundo. No debemos olvidar que el tabaco es la principal causa prevenible de enfermedad y muerte prematura. Dos de cada tres fumadores quieren dejarlo y no logran hacerlo.
El no fumar, o el abandonar el consumo de tabaco, es la mejor decisión para la salud que una persona puede tomar.
Formas de consumo
La vía de consumo principal es la fumada, sin embargo también puede consumirse esnifado: rape (tabaco en polvo) o mascado.
La combustión del cigarrillo mientras se fuma, hace que aumente su toxicidad siendo la parte más cercana a la boquilla la más toxica (el humo arrastra hacia la boquilla materiales volatilizados) fundamentalmente por su contenido de alquitrán.
El humo del tabaco tiene alrededor de 4000 componentes (nicotina, alquitrán, amoniaco, monóxido de carbono, arsénicos, cianuro, entre muchos otros). De esos 4000 componentes, unos 43 son agentes cancerígenos.
La nicotina, es el principal responsable de que el tabaco sea una de las drogas más adictivas.
Efectos
La nicotina es un estimulante del sistema nervioso central que genera un considerable estado de alerta, contradiciendo las creencias populares sobre que el tabaco es un relajante.
Según indican varias investigaciones científicas, los fumadores tienen un mayor riesgo de sufrir depresión que los no fumadores. Asimismo, potencia el daño que produce el alcohol sobre el cerebro y genera dificultades cognitivas en los niños.
¿Que problemas físicos puede generar?
Algunos de ellos son: caída del cabello, cataratas, arrugas en la dermis, perdida de oído, deterioro de la dentadura, enfisema, osteoporosis, cardiopatías, ulcera gástrica, discromía de los dedos, alteración de los espermatozoides, hipertensión, aumenta el riesgo de infarto, aumenta el riesgo de accidentes cerebrovasculares, asma, bronquitis, arteriosclerosis, malformaciones fetales, infertilidad, ulcera gastroduodenal.
También es causa de partos prematuros, abortos espontáneos, celulitis, y distintos tipos de cáncer.
Dos grandes mitos / falsas creencias con respecto al tabaco
“El tabaco me tranquiliza”. Como comentábamos anteriormente, el tabaco es un estimulante del sistema nervioso central, en todo caso “tranquiliza” a los adictos al tabaco cuando llevan tiempo sin fumar un cigarrillo.
“El dejar de fumar engorda”. El aumento de peso cuando se deja de fumar sólo es de 2 o 3 Kg. Sin embargo, mucha gente engorda más porque hacen una dieta inadecuada, o bien “pican” más entre horas, y sobre todo consumen cosas que llevan muchas calorías. La falta de ejercicio físico también propicia un aumento del peso. Para evitarlo basta con seguir unos consejos muy sencillos sobre alimentación. Al cabo de 3 meses se pueden volver a perder esos kilos de más.
¿Cómo saber si mi hijo fuma?
Antes que nada debería saber que si usted fuma, su hijo tiene una mayor probabilidad de fumar.
Igualmente sucede con las amistades de su hijo: si ellos fuman es muchísimo más probable que también lo haga su hijo.
Otros indicadores que le deben ocasionar sospechas podrían ser:
- La ropa y/o pelo de su hijo huele a tabaco frecuentemente.
- Deja las ventanas de su dormitorio abiertas más tiempo de lo habitual.
- Utiliza con mayor frecuencia caramelos o chicles (para enmascarar el olor).
- En su ropa, sábanas, mantas, aparecen agujeros de quemaduras.
- Si lleva mucho tiempo fumando es probable que se le puedan amarillear el esmalte dental, las manos y las uñas
¿Que puedo hacer si ya fuma?
Lo primero que debería hacer es hablar con él sin enfadarse. Saber como comenzó, descubrir si es fumador habitual o si sólo fuma de vez en cuando.
Hable con él sobre las consecuencias que produce fumar, pero sin pretender inculcarle un miedo excesivo que el adolescente crea irreal.
Céntrese sobre todo en las consecuencias a más corto plazo como: mal aliento, olor de la ropa y pelo, disminución en la capacidad de hacer deporte, pérdida de olfato, amarilleo de los dientes, mala imagen de los fumadores. También en los gastos que conlleva el tabaco.
Si usted también fuma tenga en cuenta que la mejor ayuda para que su hijo no fume, o no siga fumando, es que usted deje de fumar.
Los beneficios al dejar de fumar
- Mejora su olfato
- El cuerpo se cansa menos debido a que aumenta la cantidad de oxígeno
- Desaparece el mal olor que deja el tabaco en la boca
Además dejar de fumar se acompaña de importantes mejoras estéticas: mejora el estado de la piel, disminuye la alopecía, las canas, desaparece el olor a tabaco del pelo y de la ropa, desaparecen las manchas de nicotina de los dedos y de los dientes y mejora el estado de hidratación de la piel, entre muchas otras cosas.
¿Cuánto tiempo tiene que pasar para notar las mejoras al dejar de fumar?
Los beneficios que se obtienen al dejar de fumar varían con el paso del tiempo:
- Al cabo de 20 minutos: La presión de la sangre y el pulso vuelven a su nivel normal.
- Al cabo de 24 horas: Disminuye el riesgo de infarto.
- Al cabo de 48 horas: El olfato y el gusto mejoran.
- Después de 3 semanas: La circulación mejora y les funciones de los pulmones se incrementan en un 30%.
- Después de 9 meses: La tos, la fatiga y las dificultades respiratorias desaparecen.
- Después de un año: Se reduce a la mitad el riesgo de infarto.
- Después de 5 años: El riesgo de cáncer de pulmón, laringe y esófago baja a la mitad. El riesgo de infarto es similar al de un no fumador.
- Después de 10 años: El riesgo de tener cáncer de boca, pulmón, páncreas y esófago es similar al de un no fumador. Las células precancerosas han sido reemplazadas.
- Después de 15 años: El riesgo de infarto es igual al de un no fumador.
CONSULTE SIEMPRE A SU MEDICO
Lic. Leila Chait / Lic. Juan Jose Santamaría Herrero