Los resfríos: ¿Cómo reducir los riesgos del contagio?
En la actualidad los niños son particularmente sensibles a los resfríos. En las grandes ciudades esto se atribuye con frecuencia a la contaminación del ambiente. También es cierto que quienes viven en poblaciones pequeñas, sobre todo con climas extremos, sufren males respiratorios tan frecuentes como los pequeños de las modernas urbes.
Hoy existen muchas explicaciones al respecto, incluso más que hace 50 años. Una es la proliferación de las comunicaciones; tal vez los niños siempre han sufrido resfriados y antes simplemente ignorábamos el hecho. Otras, tienen que ver con el deterioro indiscutible en la calidad del aire y la exposición más frecuente al contagio a través del contacto con otros niños enfermos, en la escuela, el parque, el club deportivo, cine y otros lugares más.
El resfrío y todos sus “parientes” –catarro, gripe y demás- son producidos por virus, y son parte inevitable del proceso de crecimiento. Los pequeños los adquieren con frecuencia una vez que empiezan a tener contacto con el resto del mundo.
Tanto los niños que van a la escuela como aquellos que están en guarderías son especialmente susceptibles a los resfríos por el contacto con otros chicos que pueden estar enfermos. Más pequeños son, mayor es la posibilidad de desarrollar el virus al que han estado expuestos, pues su sistema inmunológico todavía no ha madurado lo suficiente para defenderlos.
¿Sabía usted que existen más de 200 virus diferentes causantes de resfríos?
A pesar de ello, existe una buena noticia. Conforme avanza su crecimiento, los niños tienden a padecer menos resfríos. Cada vez que un niño se enferma sus padres deben consolarse pensando que al aliviarse adquiere inmunidad al virus causante de dicha infección.
Sin embargo, debido a la presencia de casi 200 tipos diferentes de virus que los provocan, es imposible volverse totalmente inmune. Un agente viral causante de muchos de ellos es el rinovirus (de la palabra griega rhin, que significa nariz). Estos gérmenes alcanzan concentraciones más altas en las secreciones nasales, aunque pueden encontrarse también en las de ojos y boca.
Por lo general, los virus pasan de una persona a otra a través del contacto de las manos. Los niños se tocan la nariz, boca u ojos, y entonces se acercan a otros niños o manipulan objetos comunes a un grupo (juguetes, útiles escolares). Cuando los chicos sanos se frotan la nariz o los ojos como lo hacen con tanta frecuencia, se transmiten los gérmenes que dejó el enfermo.
Todos los virus del resfriado son resistentes y pueden sobrevivir hasta tres horas fuera de la nariz y permanecer en los objetos, como teléfonos, manijas de puertas, juguetes, piel, ropa, pañuelos desechables, lo que explica por qué hay más resfríos durante el invierno. Cuando hace frío pasamos más tiempo en lugares cerrados y, como resultado, solemos estar más en contacto con personas infectadas u objetos contaminados.
ALGUNAS MEDIDAS PREVENTIVAS
No se puede evitar la aparición de un resfrío infantil ni reducir la intensidad del mismo cubriendo al pequeño con mucha ropa, alejándolo de las corrientes de aire o manteniendo sus orejas calientes y sus pies secos. Una medida más eficaz, capaz de reducir el riesgo de contagio, es enseñar a los niños a lavarse las manos con frecuencia y cubrirse la boca y nariz al toser o estornudar.
Los padres también pueden reducir las posibilidades de contagio desinfectando la superficie de todo lo que tocan los niños y proporcionarles toallas de papel para secarse las manos, ya que una toalla comunal de tela es buen almacén de gérmenes. También deben usarse pañuelos desechables.
QUE HACER CUANDO ATACAN LOS VIRUS
Los resfríos comunes duran de dos a 14 días. Sin embargo, la mayoría de los niños se recuperan aproximadamente en una semana. Como el resfrío y la gripe son infecciones virales, los antibióticos no sirven. Lo mejor que puede hacer por su hijo es tenerlo lo más cómodo posible. Sólo deberá administrarle algún medicamento para la fiebre y el dolor.
• Tanto en el caso de los resfríos como de la gripe, un niño es fuente de contagio para los demás desde varios días antes de que se presenten los primeros síntomas, así que no tiene caso prohibirle que vaya a la escuela si él se siente con ánimo de hacerlo, en un intento de proteger a los demás.
• Hágalo beber muchos líquidos, como jugo de fruta, agua o caldo de pollo (los líquidos calientes ayudan a adelgazar las mucosidades y destapar los conductos nasales). Los helados de fruta, gelatinas y aún el hielo picado también cuentan como líquidos y son mejor aceptados por los pequeños.
• Un humidificador del ambiente ayuda a facilitar la respiración y reduce el cosquilleo de garganta.
• Si el niño ha tenido un resfrío o gripe muy fuerte, téngalo descansando el mayor tiempo posible.
• Debe procurarse que reanude gradualmente sus actividades físicas para evitar una recaída.
Aunque estos padecimientos respiratorios pocas veces amenazan la vida, una gripe puede ocasionalmente convertirse en neumonía o bronquitis, asimismo, existen resfriados que a veces derivan en infecciones secundarias en oídos y senos paranasales.
En su mayoría, el resfrío y la gripe no son más que molestias de temporada, casi siempre en días que cambian las estaciones. Los padres deben tranquilizarse y aceptar que un niño que con frecuencia padece resfríos, es un niño sano y normal. Sufrir resfrío como rasparse las rodillas, es parte de la etapa de crecimiento.
CONSULTE SIEMPRE A SU PEDIATRA
Dra. Ana Alicia Urrea Flores