La educación sexual en la pubertad desde el contexto escolar

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Si bien ya comenzamos el siglo XXI, abordar cuestiones de la sexualidad humana sigue siendo difícil ya que se ponen en juego sistemas de creencias y valores muy arraigados, historias individuales, familiares, sociales y culturales, pero entendemos que hablar sobre sexualidad responsable es el punto de partida para que varones y mujeres puedan ejercer sus derechos sexuales y reproductivos con libertad, sin coerción ni violencia, posibilitando relaciones más equitativas.

Ya en la Convención de los Derechos del Niño aparece la necesidad de recibir información, educación y cuidar la salud, como parte de la formación integral de niños, niñas y adolescentes.

En este sentido, la Obra Social para la Actividad Docente (OSPLAD) a través del Instituto de Capacitación y Docencia, viene realizando talleres sobre “Sexualidad Responsable” en escuelas de la Ciudad de Buenos Aires desde hace más de una década.

En la actualidad estamos inmersos en una sociedad consumista que no protege a los/as niños/as del acceso a temas que aún no son apropiados para ellos/as. Tienen contacto permanente con los medios masivos de comunicación en donde se percibe un exceso de erotización, donde todo es válido,  pero no se ve el cuidado ni la prevención.

Los/as niños/as  forman parte de esa sociedad y si bien muchos tienen una familia que los contiene, otros, por motivos variados, se encuentran acercándose a una edad conflictiva y con pocos adultos confiables para tratar estos temas. Comienzan  una etapa, la adolescencia,  en la que deben construir su autoestima para lo cual deben aprender a mirarse a sí mismos, descubrir sus capacidades, establecer vínculos saludables, valorarse y cuidarse tomando decisiones en forma autónoma y decir que no a situaciones  que implique algún tipo de  riesgo.

Los adultos podemos ayudar a construir esa autoestima acompañándolos desde una posición de confianza sin juzgar pero dando pautas de cuidado. Funcionar como adultos responsables sin una actitud juzgadora es primordial para ayudarlos a auto conocerse y que puedan decidir con criterio.

La información es un derecho fundamental para aprender a cuidar el propio cuerpo y el del otro/a y, si bien abordar la sexualidad humana aún es difícil, la educación sexual es el punto de partida para que varones y mujeres puedan ejercer sus derechos sin coerción ni violencia.

Sabemos que “los/as adolescentes se encuentran muy preocupados/as por el contagio de ETS (enfermedades de trasmisión sexual) y los embarazos adolescentes, lo que transforma la sexualidad en una sensación de peligro-riesgo más que de placer y libertad. Este temor, sin embargo, no impide que los/as jóvenes se aproximen más tempranamente a la iniciación sexual. Lo que han demostrado algunas investigaciones es que esta iniciación se da en contextos de poca confianza y seguridad en la relación de pareja, de mucha coerción y de poco cuidado por sí mismo y por el otro, sobre todo por parte de las mujeres”.

Nadie puede decidir algo si no sabe que es lo que decide y para tomar buenas y saludables decisiones es necesario saber. Las consecuencias de no contar con la información adecuada en la sexualidad, son infecciones de transmisión sexual (IES), embarazos no deseados, abuso sexual, relaciones violentas en la pareja.

En el ámbito escolar es obligatoria la educación sexual integral aunque aún no se cumple como se debe, por ello, como Obra Social y desde la concepción de trabajo en red, nos acercamos a las escuelas  con temas que pueden ayudarlos a reforzar los valores, la importancia del amor, el respeto mutuo, el darse tiempo para conocerse, la no precocidad en el inicio sexual, el saber decir no, el no dejarse presionar por el entorno, la moda etc., mediante un lenguaje claro y sencillo,  les permitiría tomar decisiones saludables y en el tiempo propicio, desarrollando la capacidad crítica y la autonomía para instalar la cultura del cuidado .

La Educación Sexual Integral  no es solo hablar de relaciones sexuales, sino que incluye  valores como amistad, amor, solidaridad, respeto por la propia intimidad y la ajena,  el propio cuidado y el de los demás, incluyendo la perspectiva de género. Contempla también los derechos de las personas a ser bien tratadas, a no ser presionadas para hacer lo que no desean, a respetar la diversidad sexual, a no discriminar.

No menos importante el actuar sobre la prevención del abuso sexual infantil y de la violencia en el noviazgo.
Es un desafío constante ante cada institución escolar, ante cada grupo de alumnos, el afrontar los silencios, los miedos, mitos y tabúes que se fueron construyendo a lo largo de la historia de la humanidad. Es desaprender para volver a aprender, desde las preguntas y preocupaciones de los /as adolescentes, sin juzgar, acompañando y fortaleciendo las acciones salutíferas instalando la cultura del cuidado de uno mismo, del otro, en definitiva, de todos/as.

Dra. Graciela Cuman: Médica Obstetra y Ginecóloga – UBA
Marta Krynveniuk: Lic. en Ciencias de la Educación / Especialista en Formación de Formadores -UBA
Directora del Instituto de Capacitación y Docencia de OSPLAD (Obra Social Para La Actividad Docente)
Ambas somos talleristas sobre: Sexualidad Responsable, Noviazgos Violentos y Violencia de género

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