El ser una ¿buena? madre

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“Quien quiera ser una buena madre y criar hijos felices deberá ser buena consigo misma antes y ser feliz

Madre se hace, no se nace. El ser madre primero se desea, luego se construye.
Vivimos en un tiempo en que la mujer tiene muchos roles y comparte el cuidado de los hijos con padres que también tienen nuevos roles -si los comparamos con otros momentos históricos, donde los roles eran muy definidos y  tradicionales. En ese marco existían maneras de hacer bien o mal las cosas. Las familias eran “tipo” y los quehaceres de cada rol ya estaban pautados. La actualidad  es una muy diferente; sin embargo, muchas mujeres, al ser madres, aún hoy guardan en algún lugar mandatos o creencias, generándoles conflictos internos a la hora de definirse como mamá.

Sin importar la edad, el nivel educativo o contar con acceso a información, muchas mujeres, a la hora de asumir su rol de madre, mantienen en su interior la idealización tradicional del rol materno. Lo que favorece la aparición de un alto nivel de auto-exigencia que será terreno fértil para padecer estrés.

Basta con observar un momento a una mujer que es madre, profesional, esposa, amiga y demás. Frecuentemente, mientras están trabajando, reciben o envían mensajes por WhatsApp para coordinar tareas de sus hijos, gestionar turnos con su pediatra, clases especiales de los chicos, estar al tanto de los comentarios o demandas de los grupos de padres del colegio, de los grupos laborales, estar comunicada con el padre de los chicos, llegar a casa y resolver tareas hogareñas, acompañar a los chicos en sus rutinas, alternando con alguna clase de gimnasia o encuentros con amigas… y podríamos agregar otras tantas.

El estrés para las madres es un hecho de la vida cotidiana que no puede evitarse; cualquier cambio que el ser humano deba enfrentar implica estrés. El multitasking (hacer varias cosas simultáneamente) es bastante frecuente en mujeres, madres, trabajadoras y esto impacta desfavorablemente en la sensación de seguridad, provoca fatiga y desgaste adicional. El sistema de alerta del cuerpo activa la respuesta corporal automática con una serie de cambios bioquímicos, donde la mujer comienza a funcionar reactivamente en modo de alerta.

 También dependerá de la edad de la mujer, ya que habrá que tener en cuenta los cambios hormonales propios de los períodos de cambio como embarazo, menopausia o si hacen algún tratamiento con hormonas que impactan en su estado anímico y por lo tanto en su conducta y el entorno.

Este nivel alto de estrés sostenido en el tiempo da inicio al estrés crónico, en el cual se cristalizan los cambios endocrinológicos y se desencadenan consecuencias en la salud psicofísica y social. Se instala la fase de riesgo, aumentado la probabilidad de sufrir enfermedades asociadas al estrés, accidentes de trabajo por distracciones, ausentismo o deterioro de las relaciones sociales e interpersonales.

Por todo esto, es altamente necesario e importante que la mujer pueda trabajar sobre ella misma. El nuevo desafío de esta época dejó de ser conquistar el mundo, hacerse un lugar como profesional o ser madre, esposa, amiga, hija. El mayor desafío será no abandonarse a ella misma, perdiendo su salud al querer estar en todos los lugares de un modo perfecto. El mayor desafío será consigo misma, aprendiendo a descubrir la verdadera importancia que implica integrar estos factores para establecer planes de acción y decisiones de vida que apunten al cuidado de ella como mujer.

Hoy en día nuestro trabajo en Instituto Sincronía es ser orientadoras de padres para ayudarlos a caminar por estos senderos, con la manera más efectiva de vivir una vida dichosa. Existen múltiples herramientas para aprender a lidiar favorablemente con el estrés y vivir en el aquí y ahora. Esto garantiza una conexión emocional verdadera y profunda entre adultos y como padres con sus hijos.

La mayoría de las madres dicen que lo dan todo por sus hijos. Y este es el mayor desafío: ser una buena madre es aprender a entregarse con límites, asegurarse un balance para ella y el sistema. La incondicionalidad atenta contra la salud propia, de la familia y del entorno. Elegir no es resignar. Priorizar no es postergar.

Aprender a practicar el auto-cuidado y sostenerlo también es una forma de criar hijos sanos y felices. Los hijos aprenden más desde lo que hacemos que de lo que les decimos que deben hacer. Ellos observan todo el tiempo cómo lidiamos con los desafíos diarios e incorporan esa forma sin que medie palabra. Por eso, quien quiera ser una buena madre y criar hijos felices deberá ser buena consigo misma antes y ser feliz. Ser mujer requiere aceptar las diferencias para poder validar las igualdades. ¡¡¡Éxitos en este desafío!!!

Lic. Julieta Tojeiro

Instituto Sincronía | Especialistas en estrés, ansiedad y emociones

www.institutosincronia.com.ar / info@institutosincronia.com.ar

2 Responses to El ser una ¿buena? madre

  1. maria fernanda miller dice:

    me encanto el articulo porque estoy justo atravesando por esa de crisis de querer criar feliz a mi hija y toparme con limitaciones que no se bien de donde vienen.
    me gustaria recibir informacion para poder enforcarme y no senritrme tan culposa frente a esta situacion que me produce una gran ansiedad.
    Atte
    maria fernanda

  2. gloria dice:

    te conecto con la licenciada que escribió el articulo maria Fernanda para que te escriba

    gracias por escribirnos!!!!
    gloria grosman

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