Papis entrevistó al Dr.Guillermo Gutiérrez Calleros, médico neonatólogo, dada su vasta trayectoria , su gran compromiso con los niños y los numerosos reconocimientos tanto en su país de origen, como en el que reside actualmente.
El Dr. Gutiérrez , nació en Guadalajara, Méjico y reside en Arizona , EEUU.

¿Dr. Gutierrez, podría contarnos algo sobre su especialidad?

Mi especialidad es la Neonatología, específicamente me dedico a cuidados intensivos del recién nacido grave, prematuro, con malformaciones, con problemas infecciosos. Es mi vida, paso más tiempo con los bebés y con las mamás que en mi propia casa.

Sabemos que Ud. tiene una concepción bien definida de la constitución de los seres humanos. ¿Podría compartirla con nosotros?

Ante todo quisiera introducir algunos conceptos. En primer lugar, como sabemos, los seres humanos estamos divididos en dos sexos: femenino y masculino. Y quisiera dejar bien en claro que considero que el sexo femenino es más importante que el masculino.
La mujer es sagrada, la mujer es sacrosanta; sobre todo desde el punto de vista reproductivo porque es la mujer, igual que la tierra, la que da la vida. El hombre ayuda, plantando la semilla, pero lo más importante para la evolución humana es la mujer. Si hablamos de seres humanos, tenemos que regresar al lugar de donde venimos, y venimos de la madre. Para bien o para mal el ser humano más importante para otro ser humano es su propia madre -sea biológica, adoptiva o la mujer que cumple los requisitos de una madre.

En segundo lugar, quisiera decir que el cuerpo humano es el cascarón donde está lo que llamamos Karma, espíritu, alma, flujo vital.
Independientemente de cómo lo llamemos, nada tiene que ver con religiosidad sino con que hay otra dimensión del ser humano; una dimensión espiritual que evidentemente no tocamos en medicina porque no estamos preparados para ello. Pero desde mi punto de vista la dimensión espiritual es más importante que la dimensión biológica y aunque yo me dedique exclusivamente a ésta última, una gran parte de lo que yo hago se relaciona con el aspecto espiritual.

Es importante en la pareja la emoción primordial, el amor, que es el sentimiento más importante del ser humano. El amor debe ser la base de la reproducción humana. Cuando la pareja decide que es tiempo de reproducir ojalá lo haga con amor. Y parte del amor es el planear el embarazo, desearlo, es cuidarlo como pareja. No se trata de la mujer embarazada, sino de la pareja embarazada, la familia embarazada.

En ocasiones tenemos circunstancias serias frente a malformaciones congénitas debido a problemas de cromosomas. La más frecuente de todas, donde sobrevive el bebé, es la que llamamos Síndrome de Down (fue el Dr. Down el primero en describir este Síndrome). Este niño es bello, es precioso aunque venga en un cascarón diferente. El espíritu de este bebé, es tan bello, tan importante, como el espíritu del bebé normal. Puede haber problemas biológicos que ocasionan que el bebé no pueda sobrevivir pero su espíritu es tan importante como el del bebé que sigue adelante. Mientras la familia llora una tristeza eterna, la persona afligida con Síndrome de Down es frecuentemente mal comprendida, y es en realidad la más feliz de todos los miembros de la familia.
El problema que tenemos es que no tenemos ninguna tecnología para medir el espíritu, para pesar el espíritu.

Tenemos que ubicarnos en otra dimensión para comprender estos aspectos y es importante que nosotros, los médicos, ayudemos a los padres a que comprendan su responsabilidad ineludible. Responsabilidad que pueden compartir con otros pero no pueden negarla, es decir, cuidar a este bebé desde antes de que sea creado, con amor, con cariño, amarlo, desearlo, aceptarlo como venga. Sea un bebé prematuro con problemas respiratorios serios, con malformaciones congénitas; que esté en nuestra dimensión unas horas, unos días, 80 o 90 años. Este ser humano tiene el mismo valor que todos los demás. Alguien dijo, “hay belleza en todo (en un bebé prematuro, en un bebé con malformaciones congénitas, en un bebé con anencefalia) pero no todos la vemos.” Yo cuando estoy frente a ellos, estoy frente a una bellísima creación de la madre naturaleza. Aunque el bebé tenga un “cascarón” diferente es tan bello y precioso como el bebé que pesó 3 kilos y medio y está “normal.”

¿Cómo nos explicaría lo que es el código genético?

Desde el punto de vista biológico, tenemos que saber que hay dos semillas que se juntan. Se trata del ovocito y el esperma, que al unirse producen una explosión genética en segundos, en la cual el bebé se forma. Dos semillas que al unirse forman una nueva semilla única y bella. Un precioso y nuevo ser como jamás antes había existido.
Se explica bien con una analogía: es como si tuviéramos una biblioteca con miles y miles de volúmenes de libros y fuéramos con una especie de navaja mágica a recortar cada página, cada párrafo, cada línea, cada palabra, cada letra.
Luego, todas y cada una de las letras las cortamos en dos mitades. El acto de la reproducción es el ver a esas 3.500 millones de bases nucleótidos juntándose las dos mitades (materna y paterna) formando de nuevo letras, palabras, frases, capítulos; reorganizándose, recreando miles y miles de nuevos volúmenes de libros, los cromosomas, o sea el código genético. Más que una explosión, lo que ocurre con el esperma y el ovocito es un ballet bioquímico, con 3.500 millones de bailarines que al juntarse crean un nuevo ser. Esta nueva semilla es una célula que llamamos cigoto, la cual se divide en dos, en cuatro, en ocho, en dieciséis y así sucesivamente hasta crear un bebé.

No es realmente una explosión química, no es una explosión nuclear, es un amoroso baile coreografiado por la madre natura en el cual estas dos personas se juntan para formar una nueva persona, bella, única. Los cromosomas se organizan de tal manera que contienen todas las características físicas de la nueva persona; muchas de las características intelectuales y emocionales que vamos a tener por el resto de nuestra vida están también ahí guardadas. En otras palabras, el cigoto del cual te desarrollaste carga dentro de si mismo, la herencia, no sólo de tus padres y de tu familia, sino de tu etnia: cargas la humanidad entera. Esto es lo que llamamos el código genético.

Unos días después, el bebé se instala en ese lugar sagrado que llamamos útero; se convierte en un “parásito” ya que depende al cien por cien de la madre y de su ambiente para todas sus funciones. Pero se trata de un “parásito” amado, deseado, protegido. Muchas veces el embarazo avanza y la mujer “pierde” a su criatura. Ahora sabemos que en la gran mayoría de los embarazos la madre ni siquiera sabía que estaba embarazada. Se trata de pérdidas muy tempranas.

En la actualidad contamos con la tecnología y sustancias químicas marcadoras para saber que la mujer estuvo embarazada. Es por eso que hoy sabemos de la gran mayoría de los embarazos que se han perdido. Las mujeres, nunca llegaron a saber que estaban embarazadas. En muchas ocasiones, han pasado sólo unos pocos días , de repente se produce un sangrado y resultó que esa mujer estaba embarazada.
Cuando se analizan los embriones de estos embarazos se constata que había malformaciones, que había problemas, que había alteraciones del genoma. Es como si la Madre Natura nos dijera: no quiero que siga adelante esta criatura, algo está mal.

Cuando los embarazos siguen su curso se producen cambios físicos y emocionales intensos. Es esperable que este proceso se de en un contexto en el que la futura madre esté rodeada de gente que la proteja y la quiera. Es muy importante que el novio, el marido, pareja, tenga la capacidad emocional de protegerla durante el embarazo. Pero también es importante que el grupo social donde la mujer se mueva, la acompañe, la ayude, la aconseje; ya que ella carga en su vientre un bellísimo ser.

Si bien la mujer embarazada tiene que tener ciertos cuidados, fundamentalmente cuando no existen factores de riesgo, puede manejarse con libertad desde el punto de vista de la alimentación y de lo que ella es capaz de hacer. En otras palabras, puede hacer básicamente todo. De preferencia evitar contacto con sustancias tóxicas como el alcohol el cigarrillo, las drogas.

¿En qué sentido dice Ud. que ‘la educación se mama’?

En Méjico, y me imagino en Latinoamérica, hay una expresión muy común que dice: “La educación no se aprende, la educación se mama”. A través de la leche materna, le estamos dando al bebé la mejor leche, la mejor nutrición, la mejor alimentación posible. Sabemos desde el punto de vista biológico que es la leche que menos engorda y que protege al bebé de posibles infecciones, de problemas de colesterol y de hipertensión. La leche materna es lo mejor que hay, por eso la madre natura la puso ahí.

De mi punto de vista, el amamantar al bebé debe ser una “ceremonia”, es un tiempo sagrado en la cual la madre no debe ser molestada por problemas económicos, problemas emocionales, problemas domésticos.

Yo estoy convencido que aun más importante que la leche que esta fluyendo al cuerpo del bebé, es el hecho que la madre lo está amamantando ya que es ahí donde pasa el amor, pasa la comprensión, pasa el cariño, la confianza; ahí pasa toda la cultura de esa madre, de su etnia. De ahí viene el concepto de que la educación se mama, no se aprende. La educación es un proceso muy complejo y en países desarrollados les cuesta mucho comprender que existen dos palabras similares, quizá confusas para muchos pero distintas. Me refiero a la educación, por un lado y la instrucción por el otro.
La instrucción la damos los padres, los abuelos, los tíos, los tutores, los hermanos, los primos, los maestros, los libros, el Internet, la televisión, los diarios, la radio.

Pero la educación la imparte la familia. Cuando hablamos de educación, no nos referimos a la universidad sino a los principios fundamentales que van a regir la vida de esta persona.
Es el ABC de nuestro comportamiento, es la respuesta instantánea; es el como voy a reaccionar ante esta o aquella situación, es el hecho de saber que esto es bueno o que esto es malo; que es erróneo o es correcto; que es permisible o no lo es.

Eso es el proceso educativo y esa educación se inicia desde antes que el bebé nazca. Se inicia con los tatarabuelos que tienen buenas maneras maternas y paternas con los bisabuelos, que se las pasan a los abuelos, los abuelos a los padres y así.
Un escritor inglés decía que la educación de los niños se inicia 100 años antes de que nazcan.

Muchas gracias Dr. Guillermo Gutiérrez!!!

Lic. Gloria Grosman